martes, 17 de diciembre de 2013

Durante mis vacaciones de verano

¡Hola a tod@s!

Os presento a tres de los libros que me han acompañado a lo largo de este año, sobre todo durante las vacaciones de verano. Les tengo especial cariño no sólo por su maravilloso contenido sino también por la persona que los ha escrito, uno de los mejores profesores que he tenido y, por suerte, un buen amigo, Manuel García Pérez.

Llevaba ya un tiempo queriendo dedicarle unas palabras por su trabajo, pero no encontraba cuáles. Al final, no recuerdo bien cómo tuve semejante idea, acabé haciendo un sinfín de fotografías dónde sus libros han sido los protagonistas. Y, a pesar de que mis habilidades con la cámara son bastante limitadas, he disfrutado mucho llevando a cabo este proyecto.


En un principio no tenía claro cómo ambientar las fotografías. Pero quería intentar que reflejaran la esencia de los libros y los sentimientos que me habían transmitido durante su lectura. Para empezar, puse mi cámara digital de fotos junto con los libros de Manolo en la mochila que elegí para acompañarme en los viajes estivales (soy como Pocholo, siempre llevo mochila).

La primera parada en mi recorrido fue la costa de Almería. Como no podía ser de otra forma, decidí que era el lugar perfecto para realizar las fotos de “Rostros de tiza”. Y disfruté de preciosos atardeceres ideando fotos entre baño y baño.

Las olas no rompían contra las rocas. Alguien había escrito unas palabras sobre la arena y algunos niños jugaban desnudos en la orilla. Tras el faro, el sol era una argolla de fuego y los dos ya no bailarían más alrededor de la fogata como en otras noches de verano”.


    
Rostros de tiza, Manuel García Pérez. Editorial Germania, 2012.


Unas semanas después estuve en la sierra de Albacete, y aproveché la oportunidad para realizar las fotos de “La memoria del cuervo”. Si os soy sincera estuve a punto de abandonar en el intento, todas las ideas que tenía en mente quedaban horrendas llevadas a la práctica. Por suerte, encontré de casualidad una pluma negra (o algún ave la perdió para mi) que me dio mucho juego para hacer estas fotografías. Además, disfruté como una niña dibujando en manos ajenas con mi lápiz de ojos negro.

En el dorso de mi mano derecha habita un ojo que es demasiado sensible a la luz.
Abre y cierra sus pesados párpados con nerviosismo. Me clava una mirada helada que ha sido testigo de muchas ejecuciones en público”.


La memoria del cuervo, Manuel García Pérez. Editorial Códex, 2011.

Finalmente, como ya podréis adivinar, “Luz de los escombros” tenía que ser la huerta. Y, en especial, disfruté recorriendo caminos de la Vega Baja del Segura en busca de cultivos, bancales, acequias y pozos, para poder realizar estas fotografías.

En este abrasado campo
No hay hombre ni nadie, ni las zapadas brechas,
Solamente estos turbados perros a nuestro alrededor,
Acechando en la noche con sus ojos de vinaza
,
[…]”.


Luz de los escombros, Manuel García Pérez. Editorial Germania, 2013.

Ahora, me encantaría conocer vuestra opinión y comentarios:



P.D. Si también tenéis fotos dedicadas a la obra de Manuel, os invitamos a que las compartáis con nosotros. Y, por supuesto, os recomiendo la lectura de estos tres libros, si aún no habéis tenido oportunidad de hacerlo.


Un saludo y abrazo.

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